Y está presente,
la intención
de las ventanas de no cerrarse,
de mantenerse siempre abiertas y expectantes
para dejar que pase por entre ellas
tu silenciosa risa.
SE enarbolan los pensamientos,
ondeantes al viento,
y las miradas se dirigen a un punto de fuga
de perspectivas
caballeras
donde convergen nuestras lejanías.
Entras y me derrumbas
las concepciones
del tiempo .
Me lees en voz baja,
susurrándole a mi deseo.
Eres la plasmación del hombre,
del refugio no perecedero
que me abraza asfixiante,
para huir
mientras cabalgo
en otros mares…
Sólo quiero yo,
tu calma,
tus palabras maduras
que alumbran al alba,
tu sed,
saciada en mi piel,
la creencia de concebir
algo parecido a un sueño.
Son las frecuencias
con las que tu mirada me penetra,
son tus fuertes y grandes manos,
que me apostillan verdades cuando caigo,
son tus pinceles que me acarician cuando me pintas,
en curiosa simbiosis mi cuerpo
desnudo se abraza a tu lienzo.
Te arrebato
las ganas de
despiezar almas.
Como un engranaje perfecto
funcionan mi todo y tu nada.