De tanto pensarte,
se extinguió tu imagen en mi mente.
De tanto nombrarte,
impronunciable volví tu nombre.
De tanto quererte,
mi amor se tornó desierto.
De tanto olvidarte,
mi memoria te arrebató al tiempo.
Alzaremos los brazos
a ese cielo claro e impío que nos cubre!
Gritaremos al unísono
proclamando justicia!
Nuestras voces de alumino
no serán jamás calladas.
Míraremos al futuro
de esperanza hendidos.
Nadie detendrá a aquéllos
que se yerguen en pro de la verdad!
Fluiremos con los vientos
que traerán un nuevo escape.
Crearemos universos
no alienados y complejos.
Alzaremos los brazos!
a ese cielo claro e impío!